miércoles, 5 de diciembre de 2012

UNA ZAPADA MEMORABLE

Década del 70´, el rock a flor de piel y una villa 31 que escondía su miseria bajo la incansable labor del padre Mugica.

Faena que incluía además de su tarea pastoral, la enseñanza de la solidaridad, que cada uno se adueñara de su propia vida.

En medio de esa cotidianeidad, cuenta la leyenda que una noche como cualquiera otra, mientras se realizaba una fiesta boliviana organizada por el padre de los pobres, tuvo lugar una zapada memorable.

Miguel Cantilo había sido invitado por Mugica. No fue solo, lo acompañaron el Flaco, el Carpo y Pomo. Arriba del techo de una casilla de chapa zaparon durante más de una hora..

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